que se posa tres pasos
adelante de mis pies
Se reduce a ese instante
táctil
perenne
el vértigo de la espiral
de viento vida moviendo todos
mis actos hacia él
Ir hacia las manos
a los labios
gruesos en los labios
sin pensar el inminente
volver.
Ir
hacia el punto
lunar
cuarto menguante
en el cuerpo
el celeste
el celeste
que busco en dirección opuesta
a la que viaja el Sol
No pensar que se regresa
se regresa del instante
se me arranca del instatne
hasta sangrar los dedos aferrados
y a mi pesar
el volver ineludible tras el cual
el volver ineludible tras el cual
acrecentaré
el océano
derramaré
océano
en el aire
el océano
derramaré
océano
en el aire
Corina:
ResponderEliminarNo siempre se puede llegar hasta dónde uno desearía y menos aun permanecer allí por siempre.
Es cierto, ante tal imposibilidad queda el llanto, o la resignación.
Un gran abrazo.
Hasta el título es críptico...
ResponderEliminarComplicadita eres eh?
Besos.
si, claro, y los ojos se vuelven pajaros.
ResponderEliminarEse instante, una fotografía, de la que no se puede salir...Un abrazo.
ResponderEliminarIncomprendido, en verdad.
ResponderEliminarSi que ese sentir interior es incomprendido....
ResponderEliminarComo algunas ideas de Caruso...jaja
Un beso!
Reducir el mundo a un instante es una idea tan bonita como peligrosa, yo prefiero ir brincando de instante en instante.
ResponderEliminarUn beso.