Entonces percibí que de la canilla caía una pequeña gota de agua,
acompasada e incesante, que iba a parar al filo de la taza y lo recorría
como una equilibrista. Como uno de mis dedos, el borde de sus labios.
Con equilibrio has balanceado estas palabras que de un salto han llegado hasta mí. Saludos desde Tenerife y seguiremos equilibrando la mente con tus palabras desde ahora. Te dejo enlace de mi espacio para cuando gustes. http://gofioconmiel.blogspot.com.es/
hay equilibrios peligrosamente frágiles y poéticos.
ResponderEliminary usted es gran poeta por supuesto
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCorina:
ResponderEliminarEse texto es suavidad pura; por lo menos, esa es la sensación que percibo.
Besos.
Debes de ser una malabarista. En casa tengo trapecios, te invito...
ResponderEliminarBesos.
:)
ResponderEliminarMuakkkkkkkkkkk
Con equilibrio has balanceado estas palabras que de un salto han llegado hasta mí.
ResponderEliminarSaludos desde Tenerife y seguiremos equilibrando la mente con tus palabras desde ahora. Te dejo enlace de mi espacio para cuando gustes.
http://gofioconmiel.blogspot.com.es/
Preciosa comparación, una forma muy elegante de describir como tus dedos recorren sus labios.
ResponderEliminarUn beso.
Que dulce temblor, no te parece?
ResponderEliminarUf! Precioso!
Besitos mediterráneos.