La ausencia de voces tiene sonidos, y resulta
que el mundo se escucha desde la casa vacía
La casa vacía suena a mis pasos
a la pequeña chispa de fuego
que enciende las hornallas
a cacharros que se mueven
agua que llena un jarro y luego hierve
a un cuchillo que pica sobre una tabla de madera
colores vivos vegetales y la soledad
que comienza a oler a rica cena, y que a veces
se pone tan mullida y cómoda
si, si.... pero de la pared ni un verso eh?
ResponderEliminarConfiesa!!!
Besos.
y besos :)
ResponderEliminarPD: jamas confesaré
Al final la casa nunca está vacía. Encuentras algo que te hace recordar, pensar, asociar, revivir...
ResponderEliminarun saludo
Ni aún estando a solas alcanzo la soledad. Al rítmo del cuchillo, llegan a galope los recuerdos del día, y del día anterios, y del mes anterior, y recuerdo cuando era un niño y me negaba a comer...
ResponderEliminarMe gustó mucho la entrada, me transporta.
Besos.
Suena fuerte, claro que sí. Un abrazo, nenita.
ResponderEliminarLa soledad suena a besos perdidos y tiene sabor a vacío.
ResponderEliminarLa casa vacía puede llenarse de nosotros, a veces es la mejor compañia, pero claro, sólo a veces.
ResponderEliminarMe encanta eso de la ausencia de voces tiene sonidos... sin duda alguna los tiene, más de los que a veces nos gustaría.
Besos mediterráneos.
La casa como única compañía, me dejó un poco triste...
ResponderEliminarBesos.