Hay tempestades que ni mueven el árbol
pero ese mismo árbol es un fino hilo de araña
que tiembla ante el soplido de un niño
Mañana, la invensible
pero ese mismo árbol es un fino hilo de araña
que tiembla ante el soplido de un niño
Mañana, la invensible
abdica en favor de sus lágrimas
Precioso Corina, me ha encantado la metáfora del árbol y el niño que lo que hace temblar con su soplido.
ResponderEliminarUn beso.
La robustez frágil, ante la fragilidad de la inocencia. me encanta.
ResponderEliminarmi beso
La relatividad de nuestras vidas se hace evidente en tu poema, más grande al final en su propia progresión disminuida... Bello.
ResponderEliminarBesos.
Este me ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarDe quien es?
:P
Besos.