14.9.13


recuerdo que el palacio no tenia murallas, es mas, los accesos se hundían en la vegetación del bosque como invitando a entrar -ah! gente de paz!- pensamos, pero apenas atravesada la puerta, las galerías se bifurcaban y retorcían hasta desorientarnos, y era como caminar por los caprichosos intersticios de un órgano apretado, o por el interior de un cuerpo que acabaría por devorarnos. Jamas encontramos el corazón del palacio. Todavía buscamos la salida.  

recuerdo que su corazón no tenia murallas,
era ofrenda, cuchillo y verdugo
un punto rojo latiendo en la monocromía
el único sonido en el silencio,
el único frágil entre sus propias llamas




















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