Todos los martes la cadencia
de la palabra símbolo se enreda
en mis relojes. La lengua
recorre, hundida, el camino recto de la conducta.
Todos los martes llueve, y cada gota
es un signo que florece en su boca, un espejo
sagrado de su cuerpo arrojado del cielo
a la bahía
y sumergido ahí, me mira y la sangre
se despereza en mis venas, aúlla
frenética y sus ojos se clavan
en el corazón de mi vergüenza, asesinándola.
Fotografia: Francesca Woodman |
P.D.
Quizás tengas razón, la poesía
es un símbolo que oculta un nombre propio
Quizás tengas razón, la poesía
es un símbolo que oculta un nombre propio
O quizás no, y es un ser
en constante búsqueda de un cuerpo que poseer
en constante búsqueda de un cuerpo que poseer
para gritar sus razones
Intentar etiquetar la poesía es una misión imposible.
ResponderEliminarBesos.
Gracias a tu visita he podido conocer el camino hacia tu blog. Muchas gracias.
ResponderEliminarBesos.
Para mí los martes son una estrella roja...
ResponderEliminarBesos.
Quizá la poesia sea un encuentro, ya sea con la busqueda o con ese cuerpo donde gritar sus versos.
ResponderEliminarEncantada de volver por aqui.
Saludos.