y olvidé la clave del cajero.
Bandadas de loros y palomas
callejeras dejaban caer
sus plumas sobre la ropa de los transeúntes,
pensé si serían del culo.
El aire olía a lluvia, no, regaban la plaza
Bandadas de loros y palomas
callejeras dejaban caer
sus plumas sobre la ropa de los transeúntes,
pensé si serían del culo.
El aire olía a lluvia, no, regaban la plaza
Falta el príncipe azul devorando niños...
ResponderEliminarMomentos cambiados.
ResponderEliminarSaludos.
Momentos para no olvidar.
ResponderEliminarUn beso.