26.2.25

La voz inflamó la casa y abrió un cauce en el aire:

es mucho tiempo la eternidad para estar muerta, 

bello detalle de puntillas en tu cuello, y tus eléboros 

negros, tan profundos, no puedo recortarlos de esta oscuridad


la vida es este ratito con vos en el balcón 

de venecitas verde musgo. Entre ellas

el insecto -somos su alimento- y una flor 

de calabaza hizo de sol toda la noche.

 

2 comentarios:

  1. De a poco me adentro en tus poemas
    de ternura esplendorosa.

    Un saludo

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  2. Menudo timo la eternidad...
    Me siento estafado.

    Besos y versos.

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