No quedé con mis amigos cuando tu otoño nacía
Y el otoño no te azotó con mi ausencia
No me olvidé de vos aquel septiembre
Se equivocó tu poema
No te apagó el invierno
No me fui. Me quedo.
No son, mis palabras,
golondrinas
golondrinas
Dije y digo
Ningún otoño
te azotará con mi ausencia
te azotará con mi ausencia
Y, si lo pidieras, puedo ir a disolver el invierno
La mayoría de los poemas se equivocan, el corazón se equivoca...
ResponderEliminarla culpa de todo la tiene el gato negro
ResponderEliminaro a lo mejor
el poema
que teme
el invierno
el infierno
de la soledad y el olvido
es que tengo miedo de ir y agarrar el invierno
y meterlo en mi vaso de whisky
probablemente la primavera me encuentre dormido
cuando se haya derretido
es lo malo de beber
algo malo debe haber
porque pedis que pidan
hay que ir
y cortarle la cabeza al monstruo
y ya
Tu disolverías el infierno.
ResponderEliminarLo sé.
Besos.
Pero estarás en primavera cuando todo sea claro.
ResponderEliminarSaludos.
ir/
ResponderEliminaryo antes venía a recoger las respuestas a los comentarios como el burro al que la dueña le deja lamer el terron de azucar de la palma de su mano
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