una noche
golpeará caderas
contra el suelo, hasta la roca
como si debajo de su cuerpo
nada hubiere
se hundirá
hasta brotar
el magma
y no tendrá
piedad, y nadie
pedirá
nada más que más
seré
el cuenco
donde encuentre sus deseos
el pecho
retorcido entre sus manos
los labios
rasgados en los dedos
labios llenos
ser
objeto quiero
ser
su posesión
Fotografía: Francesca Woodman
Parece que será una noche magnífica.
ResponderEliminarQue buena...
Besos.
Objeto de su fantasía, chispa de su incendio...
ResponderEliminarCorina:
ResponderEliminarHas dejado un poema apasionado, para beneplácito del destinatario y envidia de los ignorados.
Te felicito.
Un gran abrazo.
Es un modo de decirlo directo y sin florituras.
ResponderEliminarSeguro que si esa noche llega no habrá misterio, solo pasión.
Nada más que la petición de más... sin censura.
Besos mediterráneos.