sin la furia del oleaje
estallando acantilados
sin tempestades lamiendo
las costas de la bahia
sin la bestia
embistiendo la pared hasta escombrarla
estallando acantilados
sin tempestades lamiendo
las costas de la bahia
sin la bestia
embistiendo la pared hasta escombrarla
un cuerpo es lejano territorio de fantasmas
el cielo
alto, inmenso, caerá un día
con los ojos cerrados sobre todo
el cuerpo, con el peso del ocaso
el cielo
alto, inmenso, caerá un día
con los ojos cerrados sobre todo
el cuerpo, con el peso del ocaso
una caricia
torrencial sobre la herida, abierta
como labios a los gritos
llenándose de lluvia inabarcable
desbordando enamorada hasta el silencio
de diluvio abrasador enmudecida
torrencial sobre la herida, abierta
como labios a los gritos
llenándose de lluvia inabarcable
desbordando enamorada hasta el silencio
de diluvio abrasador enmudecida
Que así sea.
ResponderEliminarBesos.
Un paisaje aterrador.
ResponderEliminarSi ha de caer el cielo sobre el cuerpo que sea en caricia de ocaso, pero no urge en la herida... al menos el dolor se aplacará ante la belleza del sol escondiéndose entre las rocas del acantilado.
Besos mediterráneos.
Que no se convierta el cuerpo, querida, en lejano territorio de fantasmas. Un abrazo.
ResponderEliminarmuy buen ritmo. Perfecto. Estás para mucho corina.
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