La que habla con los dedos
besa callando
y teme
y la aterra
compartir
la piel
que su verbo
acaricia, con
el laborioso
acaricia, con
el laborioso
arte
de quien crea
de quien crea
una brisa
o dos
Ella
no puede hacer una oda al egoísmo
y se inclina
ante el escalofrio de pensar
una mano en un cuerpo
Y se derrumba el pecho
en el interior
de la carcasa de carne
que sigue escribiendo
Obra de: Erika Kuhn |