15.5.18

CRÍMENES DE AMOR


 I –

Retiro huele a sahumerios y frituras.
Huelo Retiro con la misma tristeza que uso cuando recuerdo a un muerto.
¿En qué se transforma un sueño cuando ya no se sueña?

Retiro es un paisaje onírico enterrado, habitado por cientos de fantasmas de un solo deseo. Tiene las paredes manchadas de sombras que abandoné como a un perro, y basta que ponga un pie en Avenida Libertador para que las resentidas empiecen a asediarme. 
Todavía soy cobarde. No puedo matarlas. Me escondo entre la arquitectura ferroviaria. Cruzo sus agujeros negros que bien conozco. Antes estaban llenos de mundos posibles, de constelaciones brillantes.
Antes de quedar a oscuras subo al tren. Atravieso el interior de los vagones. Me alejo por las venas de ese cuerpo duro de muerte, que hace una vida tenía la caricia dispuesta, el beso blando, el deseo de dos bocas derretidas en un ángulo lleno de boletos tirados.