Retomemos el silencio que extraviamos
en las vueltas del poema. El que acallamos con los verbos
que se acercan al deseo sin tocarlo, que susurran
en oidos invisibles, oculares
que hunden soledades
con dedos semánticos que no desnudan
Retomemos el silencio de las cosas
porque el lenguaje no me alcanza, mis poemas
mienten si estas lejos, mienten
cuando quieren contarte de mis manos
Narremos la materia, hagamos el silencio
con las luces apagadas, con el cuerpo.
Un cuarto verdadero, una noche de verano,
un gato en la escalera, la heladera vacía
y dos paredes desnudas que se encuentran
se entrelazan en un ángulo en penumbras
con dos cuerpos que alzan en la escena,
que se escriben
versos en la carne, narran
que se escriben
versos en la carne, narran