14.4.13

El ritual


Había visto muchas veces como lo hacía.
En la alacena estaba todo lo necesario. Los tecitos frutales eran su secreto. 
-¡Que hago mate de puto, me dicen los muchachos!- Para mí, los mates de mi abuelo, eran los mas ricos del mundo. 
Si mal no recuerdo, había que romper el saquito de te y volcar el contenido frutal en el fondo del mate. Una cucharadita de azúcar y completar con yerba hasta un poquito más de la mitad. Mezclar todo tapando la boca del mate con la palma de la mano, sacudiendo como coctelera, aunque no tanto... Ahora sí, el agua, en un rinconcito. Esperar que se hinche la yerba y clavar, finalmente, la bombilla. Dicen que la prueba del éxito es que quede espumoso... 
Podría repetir este ritual mil veces, hacerme experta matera y jamás quedarán con el mismo sabor que los suyos. 
Mi abuelo me contó un día, que hace muchos años, mientras vivían en la casona de Villa Devoto, se despertó de madrugada para ir al baño y vio a mi padre levantado. Mi padre adolescente, tomando mate sólo, en la mesa del patio. Se entusiasmó con la idea y olvido el baño para ir a unirse a la mateada, pero algo lo detuvo. Eran lasa 4 de la mañana. Allí estaba su hijo. Su hijo adolescente. Solo. Tomando mate... 
-A veces -me dijo- tomar mate sólo es un acto de inmensa introspección, un diálogo crucial entre el cuerpo y el alma. Es como cuando toco el bandoneón y nadie escucha... Ese mate quizás... era la oreja justa, o el puñal, asesinando al niño... Mi niño se hacía hombre.. Mejor vuelvo a la cama, pensé, de eso no lo puedo defender... 






Para Adolfo Iglesias, mi abuelo. Feliz cumple

2 comentarios:

  1. Buenísimo Cori, el mate es todo un ritual. Es, diría yo, uno de mis momentos preferidos a la hora de disfrutar del ocio y la soledad.-

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  2. Que conmovedoras son esas costumbres tribales.

    :P

    Besos.

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